jueves, 20 de abril de 2017

TIPOGRAFÍAS DISTINTIVAS

Por norma general, todas las fuentes suelen indicar un alfabeto en mayúsculas, minúsculas, numerales y una serie de signos, pero hay muchas tipografías que no están adaptadas a nuestro lenguaje, por lo que a veces encontramos diseños tipográficos sin ñ o sin tilde. Esta es una de las muchas razones por las que se crearon las tipografías distintivas, para poder importar palabras en otros idiomas haciéndolas válidas en el nuestro.
En este post hablaremos de las tipografías distintivas más comunes y las aplicaremos a varios ejemplos que nos aclararán su correcto uso.

La cursiva
La cursiva o itálica proviene de la escritura manual. Tiene un trazo más rápido y práctico. En nuestros teclados la encontraremos usando el comando (control+k).
Esta tipografía distintiva se utilizará en los siguientes casos:
1. Títulos de libros en todas sus variantes. Nunca en sus capítulos.
Ej: Los pilares de la tierra // Curso práctico de corrección de estilo  // Orgullo y prejuicio // El principito // Los tres cerditos.
2. Nombre de obras de arte, teatro, poesía, danza, etc.
Ej: Los girasoles, de Van Gogh // Torrente de amor, de Pablo Neruda // El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín // Vivir con miedo, del Conservatorio Superior de Danza de Málaga.
3. Nombres de tebeos y títulos de prensa escrita.
Ej: Mortadelo y Filemón // Mafalda // Supermán // ABC // EL PAIS // Diario deportivo.


4. Nombres de programas, películas o series.
Ej: La que se avecina // Planeta Calleja // Grandes documentales // Saber y ganar // La Cenicienta // Titanic // Ocho apellidos Vascos.
5. Extranjerismos.
Ej. Hay un bar indie // ¿Te gusta mi cambio de look? // En esa boutique solo venden productos gourmet // Esa canción será un boom este verano.
*Como todos sabemos, hay extranjerismos que ya están contemplados en la RAE. Cuando os surja la duda de si esa palabra se escribe en cursiva o no, solo tenéis que escribirla en el buscador de la web de la RAE y aparecerá en su forma correcta. Es decir, en cursiva o en redonda.
6. Los pseudónimos y los apodos si van acompañados del nombre propio.
Ej: Ernesto Che Guevara // Manuel Benítez el Cordobés.
7. Los nombres propios aplicados a animales.
Ej: Simba, el Rey León // Scooby Doo // Mi perra Lola // El pulpo Paul.
8. Los nombres en latín de animales, plantas y virus.
Ej: 41 años del descubrimiento de Lucy, la Australopithecus // Se trata de un portentoso Tyrannosaurus rex de unos 66 millones de años // Abies pinsapo, abeto español // Acer palmatum, arce japonés.
9. Palabras o frases cortas que el narrador quiera destacar en sus textos.
Ej: Nunca esperó escuchar de sus labios un te quiero // La palabra soledad cobró todo su sentido.
10. Palabras que van seguidas de su definición inmediatamente detrás.
Ej: Ablución, acto de lavarse // Carpanta, hambre violenta // Fumata, columna de humo.
11. Las letras minúsculas con las que se enumeran los apartados.
Ej: a. Cursivas. b. Negritas. c. Mayúsculas. d. Versalita.

La negrita
Debido al gran peso visual que tiene la negrita, es aconsejable que el texto que se marque con esta tipografía distintiva no sea demasiado largo.
El hecho de que cada medio escrito cuente con un tipo de lector, ha hecho que las tipografías distintivas se apliquen de diferentes formas, de ahí que la negrita tenga usos muy distintos en los libros y en la prensa. Los libros exigen en el lector un esfuerzo continuado que puede resultar tedioso si abusamos de la negrita. Por lo tanto, es aconsejable evitarla en la medida de lo posible y sustituirla por el trío formado por la cursiva, la redonda y la versalita. Donde sí encontraremos esta tipografía distintiva de forma continuada será en la prensa escrita. Veamos varios ejemplos.
1. Para resaltar titulares, dar énfasis a declaraciones o como forma de resaltar datos relevantes con el fin de que el lector localice rápidamente la información.
2. Como elemento de resumen.
3. En prensa rosa, se usa para destacar nombres de personas, lugares o elementos importantes.


4. Columnas breves o recuadros que acompañen a las noticias.
5. En los pies de foto.
6. En muchas cabeceras la utilizan como composición del nombre del periódico o la redacción, en los ladillos y en las frases que se quieren destacar dentro de las entradillas.
7. En alguna palabra suelta dentro de un titular para resaltar su importancia.
8. Para destacar alguna palabra que suele escribirse con cursiva o comillas simples.
9. Para diferenciar a los diferentes participantes en una entrevista. Código entrevistador/entrevistado. Generalmente la pregunta suele aparecer escrita en negrita y la respuesta en redonda.

La mayúscula
Desde tiempos inmemorables y hasta la aparición de la publicidad, la mayúscula se ha usado con frecuencia, ya que los mensajes escritos en caja alta destacan mucho en el texto compuesto. La mayúscula es una tipografía distintiva con varios caminos: tipográficos, semánticos y psicológicos. Los tipográficos están asociados a ciertas convicciones con el uso de caja alta como tipografía distintiva, los semánticos tienen que ver con las normas ortográficas y los psicológicos apelan a la utilidad y distinción que esta variante otorga a la palabra a la que se aplica.

 Con relación a los aspectos semánticos existen ciertas normas. Se empleará la mayúscula:
1. Al principio de cualquier escrito.
2. Después de cada punto.
3. En los nombres y apellidos, incluidos los nombres de dinastías derivadas.
Ej: Los Borbones, salvo en el caso que se utilicen como apodos (Manuel Benítez el Cordobés), en este caso ya hemos visto que se escribe con cursiva y el artículo en minúscula.
4. Los nombres propios geográficos no genéricos y los de calles, barrios y plazas.
Ej: Calle Embajadores // Las Ramblas // Plaza de España // Barrio de la Latina.
5. Los nombres propios de monumentos.
Ej: La Giralda // La Alhambra // El Oso y el Madroño.
6. Nombres de edificios.
Ej: El Museo del Prado // La Casa de la Moneda.
7. Los nombres personificados.
Ej: La Ley te juzgará // No lo digo yo, lo dice El Estado.
8. Las deidades y los libros sagrados.
Ej: Matusalén // El Corán // La Biblia.
9. Las festividades religiosas y civiles.
Ej. Semana Santa // Navidad // Día de la Independencia.
10. Los sustantivos y adjetivos que componen el nombre de entidades, asociaciones y corporaciones.
Ej: El banco La Caixa // El Santander // La Junta.
11. Las obras de creación.
Ej: La Celestina // La Dama de Elche.
12. Las metonimias relacionadas con nombres propios.
Ej: Ha traído un Velázquez a la exposición.
13. Los títulos de publicaciones periódicas.
Ej: El Diario de Navarra.
*Esto no sucede con los libros. Recordad que en ese caso solo la primera letra va en mayúscula (a no ser que dentro del título figuren nombres propios o palabras que por sí mismas requieran mayúscula), y todo el título se distinguirá en cursiva.
14. Nombres de leyes o documentos oficiales. En estos casos hay que poner en mayúscula los sustantivos, no los adjetivos.
Ej: Carta Magna // La Constitución española.
15. Las épocas y periodos históricos, no los adjetivos que las complementan.
Ej: Primera Guerra Mundial // Edad Media // baja Edad Media // alto Renacimiento.
*Sin embargo se escriben con minúscula la prehistoria, sus eras, sus periodos geológicos y las eras secundarias.
Ej: El paleolítico // el mesolítico // el neolítico.
16. Galaxias, constelaciones, estrellas, planetas y satélites se escriben con mayúscula, exceptuando el sol y la luna que se escriben con minúscula.
17. Los signos del zodiaco y los puntos cardinales.
18. Los tratamientos de cortesía cuando van sin el nombre propio. Lo mismo ocurre con los tratamientos de respeto, que son aquellos que aluden al cargo de la persona o los tratamientos definidos por razones de cargo político o empresarial.
Ej: El señor Carlos – El Señor // Director // Presidente // Doctor // El ministro Wert– El Ministro // El papa Francisco – El Papa.

El contagio del inglés es la razón principal por la que desde hace un tiempo estamos asistiendo a un auténtico tsunami de mayúsculas. Aunque es habitual encontrar escrito con mayúsculas los nombres de los días de la semana o los meses, no debemos considerarlo correcto. Es una manía importada errónea. Otro recurso que se observa mucho es utilizar mayúscula inicial para destacar palabras “Cerrado por Vacaciones”. Este uso no es correcto. Deberíamos esforzarnos por buscar otros recursos gráficos para destacar una palabra dentro de una frase sin recurrir a la mayúscula, como por ejemplo el color, versalita, cursiva, negrita…
Otros culpables del uso erróneo de esta tipografía distintiva son los diseñadores. EL PAIS (debería llevar tilde), iPhone (empieza con minúscula y luego mayúscula)… Pero en este campo las normas tipográficas brillan por su ausencia a favor del creativo de turno.

La versalita
La versalita es una tipografía distintiva con forma de mayúscula pero tamaño de minúscula. Es decir, no son mayúsculas propiamente dichas sino escritas en caja baja. La versalita se utilizará en los siguientes casos:


1. Los apellidos pero no el nombre de los firmantes de prólogos y noticias en publicaciones periódicas, poesía, citas, cartas, etc.
2. Los nombres de los personajes en los diálogos de novelas, comedias, poesías, obras dramáticas, etc.
3. Las cifras romanas de palabras que se escriben con minúscula inicial, como los siglos, los milenios, las dinastías.
4. La versalita tiene los mismos dibujos que la mayúscula pero diferente temario. En su originalidad se componían con trazos específicos y de gran belleza. Ya no. Ahora simplemente imitan la tipografía y los dibujos. A día de hoy es muy complicado encontrar versalitas en todas las tipografías y es por ello que casi siempre acaban mal sustituidas por mayúsculas en menor tamaño de fuente.

Y hasta aquí el artículo de hoy. No dudéis en dejar vuestros comentarios si os surgen dudas al respecto, queréis dejar alguna sugerencia o proponer un tema sobre el que os gustaría tener más información. Siempre serán bien recibidos y trataremos de responder cuanto antes.
Y recordad,  para ver qué servicios prestamos, consultar tarifas, solicitar presupuesto sin compromiso o contratar nuestros servicios, pinchad en la imagen.




¡Hasta la próxima, amantes de las letras!

lunes, 10 de abril de 2017

COMILLAS Y PUNTO FINAL: ACLARACIÓN

En el post anterior hablamos de los tipos de comillas y su correcto uso. Tras publicar la entrada varios lectores contactaron con nosotros para plantearnos sus dudas,  y la más recurrente fue la siguiente: ¿Dónde se debe escribir el punto y final de una frase, dentro o fuera del entrecomillado?
A continuación trataremos este tema con varios ejemplos que ayudarán a aclarar este conflicto entre las comillas y el punto.
A pesar de que la ortotipografía no tiene normas tan consensuadas como la ortografía, siendo así más complicado determinar qué es correcto y qué no lo es, sí existen algunas normas básicas que aclaran este aspecto. Por norma general, si el texto entrecomillado inicia un párrafo o va después de un punto u otro signo que haga las veces de este, el punto que marca el cierre de la oración debe colocarse dentro de las comillas, ya que estas abren y cierran el texto. Si el texto entrecomillado comienza tras dos puntos, punto y coma o puntos suspensivos y estos no hacen las veces de punto final, el punto que concluye la cita deberá colocarse después de las comillas de cierre, ya que estas no han abierto la oración  y por lo tanto tampoco deben cerrarla.
El sentido común, más que la norma, puede ayudarnos a establecer unas reglas sencillas. Pensemos que si las comillas inician una frase también deben terminarla. Sin embargo, si las comillas no son el comienzo de la frase, tampoco deben ser el final. En este caso, la frase se acabaría con la puntuación que afecta a toda la oración.


Veámoslo con un par ejemplos:
Ej.1: «El tiempo que tardaste en volver fue el que perdí esperándote.» En este caso el punto va dentro del entrecomillado porque las comillas abren la frase y por tanto deben cerrarla.
Ej.2: Vio la casa y dijo: «Me la quedo». El entrecomillado forma parte de una frase ya iniciada, así que utilizaremos la puntuación que afecta a toda la oración. El punto se escribe fuera.
¿Veis qué sencilla es la norma? Seguro que a partir de ahora no tendréis dudas al colocar el punto final en las oraciones que contienen comillas.
Recordad que podéis dejar vuestras dudas y comentarios, tanto en esta entrada como en nuestra página de Facebook. Siempre recibiréis respuesta.
Saludos y hasta la próxima, donde hablaremos del maravilloso mundo de las tipografías distintivas.


viernes, 3 de marzo de 2017

TIPOS DE COMILLAS Y USO CORRECTO

Las comillas son un signo auxiliar de puntuación. Entre otras funciones que quizá se alejen un poco de sus usos comunes, sirven para encerrar citas textuales, resaltar partes del texto o puntualizar palabras imprecisas o provenientes de alguna jerga.
A continuación enumeraremos y explicaremos los tipos de comillas más utilizados en nuestra lengua y su uso correcto. Si tienes dudas de cómo y cuándo utilizarlas, esperamos que este artículo te sirva de ayuda.



Comillas latinas, bajas, españolas o francesas (« »)
Son un signo doble y como tal, siempre deben abrirse y cerrarse, colocándolas al inicio y al final de la palabra o frase que se quiera resaltar. Este tipo de comillas tienen, fundamentalmente, dos usos comunes, aunque literariamente hablando y bajo el criterio de cada escritor, se les otorgan muchas más funciones.
1. Para encerrar citas textuales de un autor.
«El ignorante afirma; el sabio duda y reflexiona»
Aristóteles.
2. Pensamientos del narrador o los protagonistas de una historia.
«Bésame», pensé, y cerré los ojos esperando que se cumpliese mi deseo.
En literatura española, también son utilizadas para sustituir a las comillas inglesas, de las que hablaremos a continuación, pero en este caso no se trata de una norma sino una adaptación contemplada por la Real Academia.

Comillas angulares (˂ ˃)
Este tipo de comillas es un derivado de las latinas. En español no tienen uso concreto aunque la RAE, en una de sus últimas actualizaciones, las contempla como sinónimo de comillas latinas. Hasta la fecha, se han usado como sustitución de los signos matemáticos (mayor y menor), ya que estos son muy difíciles de encontrar en el apartado de Caracteres especiales de nuestras hojas de texto.


Comillas inglesas (“ ”)
Las comillas inglesas, también denominadas altas, son redondeadas y pueden tener los signos de apertura y cierre geométricos o invertidos. Algunos autores consideran que utilizar las comillas altas es un anglicismo tipográfico. La teoría dice que las comillas altas solo pueden usarse cuando van dentro de un texto ya contenido en comillas latinas.
Ejemplo: «Antonio me dijo: “Hace más calor que en el cumpleaños del Sol”».

Comillas simples o sencillas (ʽ ʼ)
Estas comillas pueden aparecer en combinación con otras comillas o signos independientes. Se suelen emplear cuando deben encerrar un fragmento de texto que ya está contenido entre otros tipos de comillas. Es muy común ver que este tipo de comillas son sustituidas por cursivas o itálicas.
Ejemplo: «Patricia dijo: “Qué ʽmorroʼ tienes, ¿no?”».
*Estas comillas se empelan de forma independiente cuando cumplen funciones metalingüísticas.  El metalenguaje es, valga la redundancia, el lenguaje que se emplea para hablar del propio lenguaje. En este campo, las comillas simples o sencillas se emplean para recoger la definición de un concepto.
Ejemplo: Ateo,  ʽaquel que niega la existencia de Diosʼ.
En este caso, la palabra ateo va en cursiva porque estamos usándola para señalar lo que se define, pero no nos volvamos locos ahora, el uso de cursivas y negritas lo explicaremos en otro capítulo.

Comillas mecanográficas (ʺ ʺ ) (ʹ ʹ)
Pueden ser sencillas y dobles. Son una variante de las inglesas y proceden de la mecanografía. A pesar de no ser las más adecuadas, hoy en día casi todos los medios digitales las usan. La razón es muy simple; es más fácil acceder a ellas que a las tipográficas.
Aunque la norma dicta que son incorrectas, muchos usuarios piden que se adapte el uso de las comillas mecanográficas, ya que son las que salen por defecto en todos los teclados.
Por otro lado está la comilla mecanográfica sencilla, es decir, el signo simple, que suele ser confundido con el apóstrofo o la prima.



Combinación con otros signos (ejemplos extraídos del DRAE).
a) Los signos de puntuación correspondientes al período en el que va inserto el texto entre comillas se colocan siempre después de las comillas de cierre:
Sus palabras fueron: «No lo haré»; pero al final nos ayudó.
¿De verdad ha dicho «hasta nunca»?
b) El texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos ortográficos. Por eso, si el enunciado entre comillas es interrogativo o exclamativo, los signos de interrogación y exclamación se escriben dentro de las comillas:
Le preguntó al conserje: «¿Dónde están los baños, por favor?».
«¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones!», exclamó.
De esta regla debe excluirse el punto, que se escribirá detrás de las comillas de cierre cuando el texto entrecomillado ocupe la parte final de un enunciado o de un texto ( c).
c) Cuando lo que va entrecomillado constituye el final de un enunciado o de un texto, debe colocarse punto detrás de las comillas de cierre, incluso si delante de las comillas va un signo de cierre de interrogación o de exclamación, o puntos suspensivos:
«No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.
«¿Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco.
«Si pudiera decirle lo que pienso realmente...». A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.
En el caso de que deba colocarse una llamada de nota que afecte a todo el texto entrecomillado, esta debe colocarse entre las comillas de cierre y el punto:
Rafael Lapesa señalaba que «es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la pronunciación del español de América»1.
1 Historia de la lengua española, p. 545.
Si la nota solo hace referencia a la última palabra del texto entrecomillado, la llamada debe colocarse delante de las comillas de cierre:
Rodolfo Lenz llegó a afirmar que el habla vulgar de Chile era «principalmente español con sonidos araucanos1».
1 El araucano o mapuche es la lengua que hablaban los naturales de la antigua región de Arauco, en la zona central de Chile.

En resumen, y tras conocer un poco mejor el uso de los diferentes tipos de comillas y ver diversos ejemplos, seguiremos la norma tradicional al fomentar el uso de las comillas latinas en primer lugar. Esto no quiere decir que estemos en contra del uso autónomo de las comillas inglesas, un fenómeno cada vez más popular debido al contagio con dicha lengua, y cuyo signo es mucho más accesible en nuestros teclados, sino que las comillas latinas forman parte de nuestra propia ortotipografía y como tal debemos utilizarlas.

miércoles, 15 de febrero de 2017

NO HAY EXCUSAS


Comienzo esta andadura bloguera dirigiéndome a ti, escritor. Conozco tus necesidades y puedo adivinar tus carencias. Sé que pones el alma en lo que haces y que no te faltan ganas y entusiasmo, pero debes saber que para publicar un libro, no es suficiente. 
El contenido dependerá de ti. Tú debes montar los escenarios, la trama, debes dibujar a los personajes y sus complementos. Tienes que documentarte y ser preciso, sabes que un paso en falso puede hacer que todo el trabajo se vaya al traste. Además, tu rotundidad y decisión serán claves. Es tu historia y tú decides cómo contarla. Si al releer el texto que has escrito te ves en él, estarás haciendo lo correcto. Pero para publicar tu libro y dárselo a conocer a miles de lectores, insisto, no es suficiente.
No puedes escribir una historia buenísima y que el acabado sea mediocre. La falta de ayuda editorial no puede ser la excusa para que tu trabajo salga a la venta con carencias y defectos. Piensas que tus lectores, la mayoría de ellos familiares y amigos, te lo perdonarán todo porque conocen de primera mano la entrega y el sufrimiento que hay detrás de tu trabajo. Pero, ¿qué pasa cuando tu novela comienza a ser leída por desconocidos? ¿Crees que ellos serán tan misericordes como tus allegados? ¿Perdonarán ellos los errores después de haber pagado por tu libro? Es más, aunque no paguen, ¿no crees que el simple hecho de mostrar interés por conocer tu obra, es razón suficiente para brindarles un trabajo impecable?
Te pondré un ejemplo muy simple.
A mi amiga María le encanta que le trence el pelo. Dice que nadie hace las trenzas de raíz mejor que yo. Cuando tiene algún compromiso que implique ir arreglada, me suele pedir que me encargue del peinado. Pero yo solo sé hacer trenzas, y es por ello que el día que me pidió que le hiciera un recogido para una entrevista de trabajo muy importante, le dije que fuese a la peluquería. ¿Lo hice por no ayudar? Todo lo contrario. Quise lo mejor para ella y en ese momento, yo no era la mejor opción.
Ser escritor independiente no significa tener que hacerlo todo solo. Es un error muy extendido que está trayendo consecuencias. Solo hay que pasearse por las redes sociales y ver las pataletas de algunos autores cuando su obra no recibe la crítica deseada. He llegado a ver a escritores arremeter contra lectores que, tras ver la portada del libro, han declarado que no lo leerán porque no les resulta atractiva. Obvio. ¿Acaso tú no lo has hecho alguna vez? ¿Me vas a decir que lees la sinopsis de todos los libros que se cruzan en tu camino y jamás juzgas la portada? ¡Venga!

El escritor independiente es aquel que publica su obra sin sello editorial. Punto. La calidad y la independencia no deben estar reñidas, y tú no puedes permitir que aquello de ir por libre sea la excusa. La ayuda de profesionales no es un gasto innecesario, es una inversión y una garantía. 
No dejes que tu obra se quede en un "quiero y no puedo". Solo depende de ti.